¿Cómo transformar una clase en una vivencia didáctica?
* Ponencia presentada en el Congreso Internacional Virtual de Psicología Educativa (CIVPE-2001).
Durante muchos años hemos trabajado en la formación en base a la filosofía de Teaching by Telling (enseñar diciendo). De acuerdo a este enfoque es el docente quien está en el centro de la actividad formativa siendo el alumno un simple receptáculo de la información. Gran parte de nuestras escuelas y universidades funcionan en base a este modelo proyectando también su influencia inevitable sobre la formación laboral y empresarial y transformando a estas últimas en aburridas y pasivas.
En los últimos años somos testigos de un cambio de paradigma trascendental en la formación. Un nuevo modelo aparece en las aulas: el Learning by Doing (aprender haciendo). La formación ya no es considerada un mecanismo uni-direccional de transferencia de conocimientos sino un proceso dinámico y activo en el cual el alumno es el protagonista fundamental transformando al docente en el facilitador y estimulador esencial del aprendizaje.
En esta nueva filosofía, los ejercicios, las simulaciones y otros tipos de técnicas pedagógicas participativas se transforman en el vehículo adecuado para introducir al alumno en el mundo del aprendizaje eficaz.
Así pues, nuestro verdadero desafío como formadores será transformar nuestras clases en auténticas vivencias de aprendizaje llenas de retos, color y humor viendo al alumno como verdadero "cliente" de nuestra labor didáctica.
Lamentablemente, muchos docentes no han conseguido todavía superar las barreras (más que nada psicológicas) que los separan del aprendizaje vivencial y de sus beneficios. El aparente "no saber hacerlo" se transforma en el argumento mas común... El temor a la posible complejidad de las metodologías participativas y la dificultad en encontrar instrumentos ya listos para su utilización inmediata alejan a muchos formadores del mundo del Learning by Doing.
Es nuestra intención desmitificar estos temores y abrir ante el lector las puertas de este nuevo paradigma.
¿Por qué es importante el aprendizaje vivencial?
En primer lugar, nuestros alumnos (especialmente los adultos) llegan a las clases cargados de preocupaciones y compromisos que entorpecen su concentración. La mayoría de los formadores comienzan sus clases sin permitir a los alumnos "limpiar" sus mentes y prepararse adecuadamente para el proceso de aprendizaje. En estos casos la clase se transforma para el alumno en una molestia, en una interrupción inoportuna a sus ocupaciones importantes. La clase es percibida por el alumno como un obstáculo al que debe sobreponerse y no como una oportunidad inmejorable de perfeccionamiento y aprendizaje.
Además, innumerables investigaciones han demostrado que el alumno aprende mejor cuando es partícipe del proceso didáctico. El tomar parte activa en la actividad formativa le permite comprender mejor los contenidos presentados y su posterior aplicación fuera de la clase. La práctica refuerza además la sensación de relevancia del material aprendido.
¿Qué es el aprendizaje vivencial?
La idea es sencilla. En lugar de exponer contenidos en forma unilateral y monótona lo haremos a través de ejercicios, demostraciones, desafíos y todo tipo de acciones que involucren al alumno y despierten su interés.
Podremos incluir en nuestro repertorio todas aquellas actividades que consigan de una u otra manera centrar al alumno en los mensajes didácticos esenciales ayudándolo a comprenderlos e internalizarlos.
Un truco de magia, un acertijo, una breve demostración conseguirán mucho más que un discurso magistral...
El humor, el desafío, el espíritu competitivo sano, el deseo natural de jugar, todos ellos son componentes esenciales del aprendizaje vivencial.
¿Qué tipo de ejercicios conviene utilizar en nuestras clases?
Bob Pike, uno de los principales impulsores del aprendizaje vivencial divide las actividades en varias categorías: ejercicios de apertura, ejercicios para consolidar el grupo de aprendizaje, ejercicios estimulantes, ejercicios de contenido, ejercicios de repaso y ejercicios de despedida. A su entender cuantos más ejercicios incorporemos a nuestras clases más eficaces seremos en nuestra labor docente.
¿En qué se diferencian los distintos tipos de ejercicios?
• Los ejercicios de apertura tienen como objetivo "romper el hielo" permitiendo al alumno liberarse de todas las posibles tensiones que pudiese traer consigo a la clase. Además nos permiten presentar en forma introductoria el tema a tratar, buscando despertar el interés y el entusiasmo del alumno creando un contrato de trabajo claro y comprometido.
• Los ejercicios de consolidación tienen por objeto permitir a los alumnos conocerse entre sí a los efectos de crear un ambiente solidario de trabajo preparando al grupo para afrontar exitosamente las misiones didácticas previstas.
• Los ejercicios estimulantes nos sirven para introducir expectativas y entusiasmo renovado en nuestros alumnos especialmente en aquellos momentos en que, por distintas razones, la curva de interés de la clase disminuye.
• Los ejercicios de contenido tienen como misión facilitar la comprensión de los temas tratados ejemplificando en forma práctica y clara nuestros mensajes esenciales. Todos sabemos que en muchos casos una demostración es más efectiva que mil argumentos...
• Los ejercicios de repaso nos permiten reforzar los contenidos esenciales garantizando a través de ellos la retención del material aprendido (basándonos en la famosa regla del: "DILO, DILO, DILO").
• Por último, los ejercicios de despedida nos servirán de cierre ceremonial y didáctico de la labor realizada preparando al grupo para futuros encuentros de aprendizaje y comprometiéndolo para la aplicación de lo aprendido. Por supuesto, un mismo ejercicio podrá servirnos para diversos usos pero siempre deberemos fijar claramente de antemano su objetivo didáctico.
Página donde podéis consultar ejercicios Formación de Formadores.
¿Qué precauciones debemos tomar en el aprendizaje vivencial?
Para tener éxito en nuestro trabajo deberemos tomar una serie de medidas precautorias.
Siempre deberemos conocer de antemano las características de nuestros alumnos para poder adaptar los ejercicios a sus necesidades. Un ejercicio puede ser exitoso para un grupo y amenazante para otro.
Siempre deberemos relacionar el ejercicio al contenido de la clase. El auténtico examen será el de su relevancia.
Por último deberemos prepararnos adecuadamente. El camino entre una buena idea y un ejercicio realmente exitoso es muy largo...
Antes de poner en práctica un ejercicio deberemos preparar un plan adecuado ensayándolo convenientemente hasta estar totalmente seguros de que funcione.
¿Debemos inventar nuestros propios ejercicios o podemos encontrar ejercicios ya listos?
Es increíble la cantidad de bibliografía existente con ejercicios didácticos vivenciales de excelente calidad.
Presentamos a continuación una selección de diez libros de primera línea (en inglés) que pueden facilitar la tarea en este campo:
101 Games for Trainers.
A collection of the best activities from creative training techniques newsletter.
Bob Pike and Christopher Busse, Lakewood Books.
50 Ways to Teach Your Learner.
Ed Rose, Steve Buckley. Jossey-Bass Pfeiffer.
50 Creative Training Openers and Energizers.
Innovative ways to start your training with BANG!
Bob Pyke, Lynn Solem. Jossey-Bass Pfeiffer.
Even More Games Trainers Play.
John W. Newstrom. McGraw-Hill.
Games that Teach.
Experimental activities for reinforcing training.
Steve Sugar. Jossey-Bass Pfeiffer.
The Fun Factor.
Games, sales contests and activities that make work fun and get results.
Carolyn Greenwich. McGraw-Hill.
50 Creative training Closers.
Innovative ways to end your training with IMPACT!
Lynn Solem, Bob Pyke.
Presenting and Training with Magic.
53 simple magic tricks you can use to energize any audience.
Ed Rose. McGraw-Hill.
Great Session Openers, Closers and Energizers.
Quick activities for warming up your audience and ending on a high note.
Marlene Caroselli. McGraw-Hill.
Virtual Learning.
A revolutionary approach to building a highly skilled workforce.
Roger Schank.
Resumiendo.
La diferencia entre una clase amena, participativa, ágil y otra lenta, aburrida y monótona depende exclusivamente de nosotros, los docentes.
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