La poesía también se ha ocupado más de una vez por retratar la vida escolar y sus peripecias. Qué mejor que un poema de uno de los más importantes escritores británicos, William Blake (1757-1857).
Considerado por muchos como el “artista total” debido a su producción poética y pictórica, Blake concebía ambas disciplinas como caminos inseparables del trabajo espiritual: “"Existen tres medios a través de los cuales el hombre puede hablar con el Paraíso: la poesía, la pintura y la música".
Expresión de una incipiente corriente romántica, su obra poética se caracteriza por un marcado misticismo y una defensa a ultranza de la imaginación por sobre la razón ilustrada. Un estilo que no le impidió, sin embargo, reflejar a través de sus versos algunas inquietudes sociales.
Sus poemas más reconocidos fueron publicados en Canción de inocencia (1789) y Canciones de experiencia (1794), Europa: una profecía (1794), entre otros de una vasta y selecta obra. De la que seleccionamos la poesía el colegial, incluida en su obra "canciones de experiencia".
El colegial
Me gusta levantarme en las mañanas de verano
cuando en todos los árboles cantan los pájaros,
se oye a lo lejos el cuerno del cazador
y la alondra canta conmigo.
Oh, qué dulce compañía.
Pero ir a la escuela en las mañanas de verano,
ay, me priva de toda alegría;
sometidos a una cruel mirada,
los niños desperdician todo el día
desanimados y entre suspiros.
¡Ay! A veces con la cabeza baja
desperdicio muchas horas de ansiedad.
No puedo leer con gusto el libro
ni permanecer en el aula de estudio
abrumado por las siniestras lecciones.
¿Cómo podrá el ave que nació para disfrutar
cantar encerrada en una jaula?
¿Qué hará el niño, muerto de miedo,
sino doblar sus tiernas alas
y renunciar a la primavera?
¡Oh!, padre y madre, si se cortan las yemas
y se arrancan las flores,
si se arrebata a las plantas tiernas
la alegría de la primavera,
llevados por el dolor y el desánimo;
¿cómo podrá el verano despertarse con alegría,
o aparecer los frutos del verano?
¿Cómo recoger la cosecha si la arrasó el dolor
o disfrutar el madurar del año
cuando se abaten las ráfagas del invierno?
William Blake, Canciones de experiencia (1794)
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