¿Qué es la comunicación en la formación?
Breve introducción.
Cuando trabajamos en formación nos involucramos de lleno en un proceso de comunicación. Como formadores (emisor de la comunicación) intentaremos transmitir un contenido educativos (mensaje) al alumno (receptor), utilizando para ello explicaciones, prácticas, debates (canal).
El alumno, a su vez, a medida que va recibiendo mensajes emite mensajes (feed back). Este intercambio de nos facilita información sobre el logro de los objetivos, situación del alumno y sus características. Por tanto, la formación es algo más que una simple emisión de información por parte del formador, es un profeso interactivo (recíproco). En los casos en que el método de trabajo sea más activo, por ejemplo una actividad en la que deban investigar un tema, el papel del alumno como emisor aumentará.
El profesor, como principal responsable de la consecución de los objetivos perseguidos, tiene que considerar que, en general:
- Lo que vale es lo que entiende el receptor – alumno. Por tanto, cuando la mayoría de alumnos no entiende las explicaciones del formador o no se consiguen los objetivos de formación es posible que no toda la responsabilidad sea de los alumnos.
- Al mismo tiempo, no hay que perder de vista que el alumno también tiene una buena parte de responsabilidad. Aspectos tales como la puntualidad, la atención en las clases, formulación de preguntas, consultas al formador fuera de las horas lectivas, o el esfuerzo dedicado a preparar temario, dependen de la actitud de los alumnos.
- Nuestro trabajo es buscar las condiciones adecuadas para lograr que el proceso funcione y se produzca el cambios deseado.
Concepto básico.
Para todo el mundo, la comunicación es el proceso mediante el cual se establece contacto entre dos o más personas, en el que se produce un intercambio de información, opiniones, experiencias, sentimientos, etc., usando para ello un medio (teléfono, la voz, ...).
¿Comunicación o información?
Como formadores debemos potenciar que nuestra acción formativa se base en la comunicación, en la interacción entre los alumnos y los formadores y el entorno. Si nos limitáramos a transferirles datos los estaríamos haciendo es informarles.
Las diferencias entre la comunicación y la información se basan en los objetivos de cada uno:
a) Con la comunicación buscamos: transmitir, buscar la participación en el contenidos, intercambiar ideas, conocer si la persona que recibe la información ha comprendido nuestro mensaje (feedback).
b) Con la información buscamos: facilitar el acceso de determinados datos que adquieren un significado sin preocuparnos de si han sido “aprendidos” o no lo han sido.
Como formadores-as debemos buscar constantemente potenciar el proceso de comunicación, lo que nos lleva a una permanente revisión del cumplimiento de sus objetivos: transmisión, comprensión del contenido, feedback.
Los estilos de comunicación en la formación.
Al hablar de estilos de comunicación nos referimos al conjunto de aspectos que caracterizan nuestra comunicación. Algunos formadores consideran más sencillo transmitir y comunicar un contenido a través de la práctica y demostraciones, mientras que otros prefieren sistematizar un proceso en pasos explicativos, otros parten de ideas generales para ir concretando en detalles,.... todo esto configura nuestro estilo de comunicación, que debemos (auto) conocer para introducir adaptaciones a las posibilidades que nos ofrecen los alumnos.
A la vez debemos observar cómo aprende el alumno, si prefiere reflexionar sobre las ideas transmitidas o si prefiere practicarlas. En función de su “estilo” adaptaremos el nuestro para mejorar las posibilidades del proceso de enseñanza – aprendizaje.
Estilos del formador/a.
Acción:
- Le gusta concebir programas de formación breves (p.e: seminarios).
- Utiliza métodos formativos basados en la práctica (experimentales).
- Extrae lecciones de las vivencias, es eficaz.
Métodos:
- Organiza su intervención formativa de una forma sistemática, va de lo simple a lo complejo.
- Refuerza sus afirmaciones con documentos.
- Tiene un plan preciso de formación.
Relaciones:
- Está muy centrado en las necesidades de los alumnos, en sus motivaciones, sus expectativas.
- Ofrece confianza y organiza la formación en torno a trabajos en pequeños grupos, facilita el proceso de aprendizaje.
Ideas:
- Con inventiva, cree en el valor de los conceptos, de las teorías, provoca y estimula la reflexión de los alumnos-as, inspira, relaciona hechos entre si, va a lo esencial.
Estilos del alumono/a.
Acción:
- Aprende por y de las experiencias.
- Busca lo que es útil y utilizable.
- Aprecia la diversidad en el aprendizaje.
Métodos:
- Le gusta explorar diversas opciones antes de hacerse una opinión definitiva.
- Aprecia las demostraciones completas y detalladas
Relaciones:
- Aprende a través de sus relaciones con los demás, escucha, observa, comparte, coopera con los otros en la realización de trabajos de aprendizaje.
Ideas:
- Imaginativo, le gusta dejarse llevar por la libertad de pensamiento, lanza hipótesis, se estimula por cuestiones o preguntas sin respuesta.
Nadie se puede enmarcar en un estilo concreto, tenemos mezclados todos los estilos. Unas veces nos inclinaremos más hacia un estilo que hacia otro. Lo más importante es saber cómo adaptarnos a los estilos que presentan los alumnos. De nada sirve que seamos muy prácticos (estilo acción) si el alumno aprende más y mejor a través de la cooperación con los otros (estilo relaciones).
Algunas pautas para adaptar los estilos de formación.
Aunque no existen recetas mágicas algunos autores dan algunas orientaciones sencillas a tener en cuenta a la hora de trabajar con alumnos. Recuerda que para adaptarnos antes debemos conocer bien las características de los alumnos a los que nos dirigimos.
Con el alumno que se interesa por las ideas:
Breve introducción.
Cuando trabajamos en formación nos involucramos de lleno en un proceso de comunicación. Como formadores (emisor de la comunicación) intentaremos transmitir un contenido educativos (mensaje) al alumno (receptor), utilizando para ello explicaciones, prácticas, debates (canal).
El alumno, a su vez, a medida que va recibiendo mensajes emite mensajes (feed back). Este intercambio de nos facilita información sobre el logro de los objetivos, situación del alumno y sus características. Por tanto, la formación es algo más que una simple emisión de información por parte del formador, es un profeso interactivo (recíproco). En los casos en que el método de trabajo sea más activo, por ejemplo una actividad en la que deban investigar un tema, el papel del alumno como emisor aumentará.
El profesor, como principal responsable de la consecución de los objetivos perseguidos, tiene que considerar que, en general:
- Lo que vale es lo que entiende el receptor – alumno. Por tanto, cuando la mayoría de alumnos no entiende las explicaciones del formador o no se consiguen los objetivos de formación es posible que no toda la responsabilidad sea de los alumnos.
- Al mismo tiempo, no hay que perder de vista que el alumno también tiene una buena parte de responsabilidad. Aspectos tales como la puntualidad, la atención en las clases, formulación de preguntas, consultas al formador fuera de las horas lectivas, o el esfuerzo dedicado a preparar temario, dependen de la actitud de los alumnos.
- Nuestro trabajo es buscar las condiciones adecuadas para lograr que el proceso funcione y se produzca el cambios deseado.
Concepto básico.
Para todo el mundo, la comunicación es el proceso mediante el cual se establece contacto entre dos o más personas, en el que se produce un intercambio de información, opiniones, experiencias, sentimientos, etc., usando para ello un medio (teléfono, la voz, ...).
¿Comunicación o información?
Como formadores debemos potenciar que nuestra acción formativa se base en la comunicación, en la interacción entre los alumnos y los formadores y el entorno. Si nos limitáramos a transferirles datos los estaríamos haciendo es informarles.
Las diferencias entre la comunicación y la información se basan en los objetivos de cada uno:
a) Con la comunicación buscamos: transmitir, buscar la participación en el contenidos, intercambiar ideas, conocer si la persona que recibe la información ha comprendido nuestro mensaje (feedback).
b) Con la información buscamos: facilitar el acceso de determinados datos que adquieren un significado sin preocuparnos de si han sido “aprendidos” o no lo han sido.
Como formadores-as debemos buscar constantemente potenciar el proceso de comunicación, lo que nos lleva a una permanente revisión del cumplimiento de sus objetivos: transmisión, comprensión del contenido, feedback.
Los estilos de comunicación en la formación.
Al hablar de estilos de comunicación nos referimos al conjunto de aspectos que caracterizan nuestra comunicación. Algunos formadores consideran más sencillo transmitir y comunicar un contenido a través de la práctica y demostraciones, mientras que otros prefieren sistematizar un proceso en pasos explicativos, otros parten de ideas generales para ir concretando en detalles,.... todo esto configura nuestro estilo de comunicación, que debemos (auto) conocer para introducir adaptaciones a las posibilidades que nos ofrecen los alumnos.
A la vez debemos observar cómo aprende el alumno, si prefiere reflexionar sobre las ideas transmitidas o si prefiere practicarlas. En función de su “estilo” adaptaremos el nuestro para mejorar las posibilidades del proceso de enseñanza – aprendizaje.
Estilos del formador/a.
Acción:
- Le gusta concebir programas de formación breves (p.e: seminarios).
- Utiliza métodos formativos basados en la práctica (experimentales).
- Extrae lecciones de las vivencias, es eficaz.
Métodos:
- Organiza su intervención formativa de una forma sistemática, va de lo simple a lo complejo.
- Refuerza sus afirmaciones con documentos.
- Tiene un plan preciso de formación.
Relaciones:
- Está muy centrado en las necesidades de los alumnos, en sus motivaciones, sus expectativas.
- Ofrece confianza y organiza la formación en torno a trabajos en pequeños grupos, facilita el proceso de aprendizaje.
Ideas:
- Con inventiva, cree en el valor de los conceptos, de las teorías, provoca y estimula la reflexión de los alumnos-as, inspira, relaciona hechos entre si, va a lo esencial.
Estilos del alumono/a.
Acción:
- Aprende por y de las experiencias.
- Busca lo que es útil y utilizable.
- Aprecia la diversidad en el aprendizaje.
Métodos:
- Le gusta explorar diversas opciones antes de hacerse una opinión definitiva.
- Aprecia las demostraciones completas y detalladas
Relaciones:
- Aprende a través de sus relaciones con los demás, escucha, observa, comparte, coopera con los otros en la realización de trabajos de aprendizaje.
Ideas:
- Imaginativo, le gusta dejarse llevar por la libertad de pensamiento, lanza hipótesis, se estimula por cuestiones o preguntas sin respuesta.
Nadie se puede enmarcar en un estilo concreto, tenemos mezclados todos los estilos. Unas veces nos inclinaremos más hacia un estilo que hacia otro. Lo más importante es saber cómo adaptarnos a los estilos que presentan los alumnos. De nada sirve que seamos muy prácticos (estilo acción) si el alumno aprende más y mejor a través de la cooperación con los otros (estilo relaciones).
Algunas pautas para adaptar los estilos de formación.
Aunque no existen recetas mágicas algunos autores dan algunas orientaciones sencillas a tener en cuenta a la hora de trabajar con alumnos. Recuerda que para adaptarnos antes debemos conocer bien las características de los alumnos a los que nos dirigimos.
Con el alumno que se interesa por las ideas:
- Con un alumno que se interese por los métodos:
La comunicación paso a paso.
La comunicación se un proceso que básicamente se desarrolla en seis pasos. Los tres primeros están directamente relacionados con el formador, y el resto con el alumnos. Aún así debemos procurar ser conscientes de todo el proceso ya que nuestro objetivo final es que adquieran unos conocimientos para después aplicarlos:
- Elaborar la idea o pensamiento que se quiere comunicar.
- Traducir esa idea a palabras, imágenes y/o a gestos; guión de clase, transparencias, organización del taller para hacer una práctica,...
- Transmitir el mensaje a través de una charla, una demostración, ....
- Recibir el mensaje.
- Traducir y comprender el mensaje.
- Utilizar el mensaje.
Resumen.
La comunicación en la formación debe ser un proceso con interacción entre el formador y el grupo de alumnos y eres tu el principal responsable de analizar y organizar ese proceso para mejorar el rendimiento de la acción educativa.
Procura conocer cual es el “estilo” del alumno o del grupo con el que trabajas. Repetir lo mismo y de la misma forma cansa y aburre, adaptarnos a los alumnos nos permite ampliar nuestros conocimientos sobre el contenido y sobre las formas de transmitirlos.
¿Para qué hacer todo este trabajo de análisis y adaptación? Para conseguir llegar al último paso, la acción del alumno, es decir, que utilice lo aprendido.
La comunicación se un proceso que básicamente se desarrolla en seis pasos. Los tres primeros están directamente relacionados con el formador, y el resto con el alumnos. Aún así debemos procurar ser conscientes de todo el proceso ya que nuestro objetivo final es que adquieran unos conocimientos para después aplicarlos:
- Elaborar la idea o pensamiento que se quiere comunicar.
- Traducir esa idea a palabras, imágenes y/o a gestos; guión de clase, transparencias, organización del taller para hacer una práctica,...
- Transmitir el mensaje a través de una charla, una demostración, ....
- Recibir el mensaje.
- Traducir y comprender el mensaje.
- Utilizar el mensaje.
Resumen.
La comunicación en la formación debe ser un proceso con interacción entre el formador y el grupo de alumnos y eres tu el principal responsable de analizar y organizar ese proceso para mejorar el rendimiento de la acción educativa.
Procura conocer cual es el “estilo” del alumno o del grupo con el que trabajas. Repetir lo mismo y de la misma forma cansa y aburre, adaptarnos a los alumnos nos permite ampliar nuestros conocimientos sobre el contenido y sobre las formas de transmitirlos.
¿Para qué hacer todo este trabajo de análisis y adaptación? Para conseguir llegar al último paso, la acción del alumno, es decir, que utilice lo aprendido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario