Decía el filosofo José Antonio Marina, que la inteligencia, la capacidad creadora o el talento científico, son facultades individuales, pero que crecen siempre en un contexto social.
Hay sociedades que fomentan su desarrollo y otras que lo bloquean, las primeras serian “sociedades inteligentes” y las segundas “sociedades estúpidas”.
No hay mayor ejemplo de sociedad estúpida que aquella que desperdicia el talento de sus ciudadanos/as, a continuación os propongo la lectura de un interesante articulo sobre una iniciativa noruega, que trata de aprovechar la formación y el talento de mujeres inmigrantes, para favorecer su integración y posibilitar que desarrollen plenamente sus capacidades, un ejemplo de medida y sociedad inteligente, para tomar nota en las sociedades estúpidas, aquellas que, continuando con José Antonio Marina, invierten más en fútbol que en educación.
Una exitosa iniciativa danesa coloca a una de cada cuatro mujeres inmigrantes cualificadas en puestos acordes a su formación. La experiencia llega ahora a los partidos político.
Joseba Elola. El País
Vanessa de Oliveira se dedicaba al marketing en Brasil. Pero se enamoró de un arquitecto danés y desembarcó en Dinamarca hace ahora once años. Durante ocho aparcó su carrera profesional. En 2006 su marido cayó enfermo, y tuvo que retomarla. ¿Cómo la retomó?: trabajando como recepcionista en una organización para personas con discapacidad.
Tras seis años de estudios en Brasil, y con sobrada experiencia profesional, se encontró con un trabajo muy por debajo de su cualificación. Tal fue su rabia, que, ni corta ni perezosa, le envió una carta al primer ministro danés contándole su caso y planteándole lo injusta que es la situación para una mujer que emigra. El primer ministro le respondió -sí, le respondió personalmente, así pueden llegar a ser los nórdicos-. Anders Fogh Rasmussen, el hoy secretario general de la OTAN, le remitió a Kvinfo, la organización que cambió la vida de Vanessa.
Kvinfo se ha convertido en la palabra mágica que toda mujer extranjera llegada a Copenhague quiere oír. A veces las ideas más sencillas son las mejores. Y así parece ser en esta experiencia en el campo de la igualdad: una mujer de negocios extranjera llega a vivir a Dinamarca, pero carece de los contactos en ese mundo, no sabe cómo funcionan las cosas, no conoce las reglas no escritas del entorno laboral autóctono. Se pone en contacto con Kvinfo, que busca en su base de datos a una mujer de negocios danesa plenamente asentada para que ejerza de mentora de la recién llegada. Kvinfo pone en contacto a las dos mujeres y se elabora un calendario de reuniones periódicas. Resultado: al menos una de cada cuatro mujeres que han entrado por la puerta de Kvinfo en los últimos seis años han salido al cabo de un tiempo con un trabajo en lo suyo. "Estábamos cansadas de ver que los medios sólo hablan de los aspectos negativos que rodean a las mujeres inmigrantes", dice en su despacho, junto al famoso Cubo negro de Copenhague, Elizabeth Möller, directora de Kvinfo. "Era el momento de mostrar una iniciativa en positivo".
Kvinfo nació en 1965 como centro de investigación sobre la mujer. Recibe fondos del Ministerio de Cultura. Durante años se dedicó a investigar para reivindicar la labor de muchas mujeres danesas que no han pasado a los libros de historia porque, por lo que se ve, son los hombres los que suelen pasar a la historia.
Kvinfo arrancó con cinco empleados. Hasta que un día entró en el despacho de Müller la periodista y antropóloga Gunhild Riske con su idea; se había inspirado en un sistema de mentores en Canadá y pensaba que había que aplicarlo al campo de las mujeres inmigrantes. Müller se puso manos a la obra. Hoy, 35 personas trabajan para Kvinfo; se han abierto cuatro centros más; los fondos provienen ya de tres ministerios (se sumaron Integración y Exteriores), y hay 4.000 mujeres en su base de datos -la mitad, mentoras; el 60% de las inmigrantes que acuden son tituladas superiores; un 20% no tienen ninguna formación-.
La sensación que ha creado la iniciativa ha llevado a abrir la puerta también a los hombres inmigrantes. El programa acaba de desembarcar en el mundo político danés. El Ayuntamiento de Copenhague, preocupado por la escasa representación de inmigrantes en los partidos, pidió a Kvinfo que identificara a 15 mujeres cualificadas para entrar en política. Una de ellas es Vanessa de Oliveira, la mujer que escribió al primer ministro. Primero, encontró trabajo gracias al programa en lo suyo, el marketing. "Pero llegó un momento en que decidí que el marketing no debía hacerlo para las empresas, sino para nosotras, las mujeres inmigrantes", explica en el impresionante despacho de su tutora, Pia Allerslev, concejala de Cultura del Partido Liberal (Radikale Venstre). Pia y Vanessa se reúnen desde marzo cada 15 días. "Vanessa es ahora una mentora para mí", asegura Pia: "Lo que ella me cuenta me ayuda a pararme y reflexionar sobre cómo hago yo las cosas". Vanessa siempre recordará las claves que le dieron para entender el peculiar humor danés en el trabajo; también aprendió que a los daneses les gusta que te muestres seguro de tí mismo, pero tampoco demasiado, según explica la concejala.
El próximo 17 de noviembre, De Oliveira concurre en las elecciones municipales de la ciudad de Hillerod en el número 3 de la lista del Partido Conservador -Pia es del Partido Liberal-. Hakima Lakrissi, marroquí de 42 años, también tiene muchas opciones de salir elegida. Es candidata del Partido Liberal en Albertslund, al oeste de Copenhague. "Yo necesitaba a alguien que me diera un empujón", cuenta en un centro de mujeres inmigrantes de Copenhague, en el barrio multirracial de Norrebro.
Lakrissi fue asesora de ventas en Abu Dhabi. Margrethe Wivel, su tutora, sintetiza su experiencia: "Esto es como cuando enseñas un idioma, tú aprendes. Ayudar te ayuda mucho". Ambas son candidatas del Partido Liberal. La directora de Kvinfo asegura que el programa que dirige es pionero en su campo: "Combinamos el mundo profesional con los valores del movimiento feminista". Varias empresas privadas se han inspirado en su modelo. Recibe visitas de noruegos y suecos interesándose por el modelo.
En España hay alguna iniciativa similar, como el programa Mujeres mentoras, del departamento de Trabajo de la Generalitat de Catalunya, que arrancó en 2008 con 50 parejas de mujeres y pronto dará a conocer sus resultados. Es distinto, no está dirigido a las mujeres inmigrantes, y lo que pretende es aumentar el número de mujeres directivas. Müller ya ha conseguido cambiar la vida de al menos 530 mujeres inmigrantes. Y quiere que esta idea florezca en otros lugares del mundo. La iniciativa de Kvinfo permite aprovechar talento desperdiciado. Y además, crea sentimiento de comunidad.
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